Nosotros

Nuestro Taller

Mi nombre es Salvador Jiménez y soy el propietario y artista detrás de Azul Cerámicas. Elaboro piezas de cerámica desde hace “algún” tiempo en un pequeño taller en Coín (Málaga).

El pasado

Mis primeros pasos en la cerámica fueron en la escuela local donde a la tarde impartían clases de cerámica. Al segundo año decidí continuar mi aprendizaje en modo autodidacta, (en tiempos donde la información valía su peso en oro) en gran parte por sentir cierto desinterés en el profesor que impartía las clases. Monté un tallercito en una cocina en desuso y un mini laboratorio en un baño abandonado, armado con varios libros (los más habituales Chiti, Artigas, Cooper)  y ejemplares de la revista “Cerámica”, dónde comencé mi periplo por este universo maravilloso a la par que implacable.  

Los inicios, como supongo que ocurre en cualquier otro ámbito, fueron de mucha dispersión, tocaba todos los “palos” sin orden ni concierto, alta temperatura, baja, diferentes atmósferas de cocción, técnicas japonesas al uso, hornitos de gas, eléctricos, hasta un diésel pasó por mis manos, etc. Eso me sirvió para darme cuenta que debía encontrar un camino e ir perfeccionándolo. Surgió entonces la idea de trabajar en media temperatura llevando pastas convencionales de baja al límite de su resistencia y desarrollando una gama de vidriados en torno a los 1080º, línea que he podido enriquecer a base de tesón, paciencia y cariño a lo largo de muchos años, más de 20 y menos de 30… bueno, ya se va teniendo una edad, digamos respetable.

Esta línea propia me ha permitido ofrecer una relación calidad precio muy buena, la cual ha permitido así, grosso modo, dos cosas.

 La primera, es poder tener una base comercial de la que sustentarme, lo cual en el mundo de la cerámica no es “moco de pavo” y la segunda, es poder ofrecer un producto cuya relación calidad-precio es muy buena, con lo cual consigo poner mi obra al alcance de cualquier economía.

El presente

De un tiempo acá ando desarrollando una línea en Neriage que me tiene embelesado y en la cuál aún me encuentro inmerso, entendiendo los pormenores y casi como siempre en constante aprendizaje y lucha por conseguir la tan deseada uniformidad en la temperatura de los hornos.

Actualmente cuento con tres pequeños hornos eléctricos que son parcialmente alimentados con una instalación fotovoltaica de 8 kW montada en la cubierta del edificio, que es también mi hogar, la cuál optimiza el aprovechamiento energético en torno a un 80%


El futuro

Pasa por desarrollar una línea de alta temperatura en la que producir servicio de mesa con la tranquilidad de poder ser usada intensivamente, incluso en hostelería.